Señales de la transición energética

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Educación climática y ambiental: ¡manos a la obra!

Actualmente vivimos una emergencia climática alrededor del mundo, situación que ha llevado a comunidades, ciudades y países a experimentar variaciones, desde la temperatura, lluvias y otros factores climáticos; hasta verdaderos desastres naturales.

Estos efectos climáticos, que llamaremos cambio climático, se deben a su vez al calentamiento global, un fenómeno por el que la temperatura promedio del planeta ha comenzado a incrementarse de manera acelerada, desde comienzos del siglo 17, luego que desde la revolución industrial, se comenzaran a generar más gases, como el dióxido de carbono (CO2), producto de la combustión y uso de máquinas, los cuales se fueron acumulando en la atmósfera, produciendo un significativo efecto invernadero.

A medida que transcurrieron los últimos siglos, como población humana, fuimos produciendo industrialmente, y en nuestra vida cotidiana, más y más gases efecto invernadero (GEI), por lo cual hoy es una prioridad internacional el captar dichos gases desde la atmósfera, utilizando la forestación de bosques nativos y su conservación; además de implementar un proceso global de transición energética.

La transición energética se refiere al proceso progresivo de reemplazar la matriz productora de energía, principalmente electricidad, desde combustibles fósiles (que generan GEI) hacia energías renovables.

Un ejemplo de efecto climático adverso es lo que se ha observado los últimos años, durante la época estival (entre Enero y Marzo) en el norte de Chile, donde incluso el desierto de Atacama, el más árido del mundo, ha sufrido el desborde de quebradas y de su gigante del norte, el río Loa, por efecto del aumento de lluvias en la zona altiplánica.

¿Cómo detener estos efectos climáticos adversos? o al menos ¿Cómo mitigarlos?

Existen dos grandes alcances, el primero es tomar las medidas de seguridad y de contención necesarias para no sufrir daños, o al menos no significativos, en términos de integridad, salud y condiciones de vida para nuestra población humana; lo cual se entiende como Adaptación al cambio climático.

Por otro lado, para detener el cambio climático, es necesario ‘atacar’ su fuente, es decir, disminuir la cantidad de GEI en la atmósfera; para lo cual se deben captar lo máximo posible, a través de la forestación y conservación de bosques nativos a escala global; y también eliminando la generación de GEI, a través del proceso de transición energética, e implementar planes de desarrollo sustentable.

El proceso de transición energética está dando señales positivas

Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), los GEI generados por la producción de energía durante el 2019, fueron similares que en 2018, con un total de 33.3 Gt/año (treinta y tres giga toneladas al año).

A pesar que sólo se trata de una tendencia, es una señal de que si se realizan más acciones concretas en implementar la transición energética, a nivel global, podríamos estar presenciando el límite máximo de emisiones de GEI por generación de energía.

Mirando los datos de emisiones más de cerca

Sin embargo, es necesario dar un vistazo más de cerca a esta tendencia de emisiones de GEI, descrita por la EIA. Para esto, desde el ICEC de la Universidad de Tarapacá, revisamos los datos de la EIA; la cual ha clasificado a los países en dos grupos: (1) Economías avanzadas1 y (2) Otras economías.

Podemos observar que en el 2018, el grupo de economías avanzadas produjo 11.7 Gt/año en GEI, cantidad que en 2019 éste grupo redujo a 11.3 Gt/año (ver gráfico).

Emisiones globales de GEI relacionadas con la producción de energía. Período entre el 2014 y el 2019.

Fuente: Adaptado de datos oficiales de la IEA (2020)2

Por otro lado, durante el 2018, el grupo de otras economías aumentó su producción de GEI: produjo 21.6 Gt/año, y luego el 2019 aumentó a 22 Gt/año. Sin embargo, muchos de los países pertenecientes al grupo de economías avanzadas, necesitan materias primas producidas por países que pertenecen al grupo de otras economías, cuyo proceso utiliza mucha energía fósil para llevarse a cabo.

Es por esto que si bien el grupo de economías avanzadas ha reducido sus emisiones, aún sigue dependiendo de la liberación de GEI del grupo de otras economías; lo cual nos da a entender que es absolutamente necesario el implementar sistemas más sustentables de producción de energía renovable en todo tipo de economía, a escala global.

Queda mucho por hacer:  implementar globalmente sistemas de energía renovable y amigables con el medio ambiente

En síntesis, estos datos nos muestran la urgencia de implementar sistemas de energía renovable de manera global. De manera que, a pesar de que en el último período 2018 – 2019 se observa una tendencia asintótica, el proceso global de transición energética debe ser reforzado, considerando la tecnología y metodologías más amigables con el medio ambiente, así como también la metodología más socialmente respetuosa para producir las materias primas necesarias, como el cobre y el litio, las cuales están presentes en territorios de pueblos indígenas en América Latina.

Pero también, esta tendencia de que se mantengan estables las emisiones de GEI, las debemos tomar como buenas noticias para incentivar los esfuerzos en la acción climática global. En palabras del Director ejecutivo de la IEA, Sr. Faith Briol, “Ahora necesitamos trabajar duro para asegurar que el 2019 sea recordado como el máximo definitivo en emisiones globales de GEI, y no otra pausa en su crecimiento”.

La educación: un factor fundamental para abordar el cambio climático

Desde el programa ICEC de la Universidad de Tarapacá, hemos decidido aportar como acción climática nuestra labor de formación de profesores, para el proceso de enseñanza de las ciencias, a través de la indagación científica; porque -precisamente- un factor fundamental para abordar el cambio climático es la educación.

Educación climática y ambiental: ¡manos a la obra!

¡Manos a la obra! en el programa ICEC – Universidad de Tarapacá, estamos preparando nuestro regreso a clases 2020, elaborando educación climática y ambiental para contribuir a la acción climática desde el norte de Chile.

Fuentes citadas

  1. Según la IEA (por sus siglas en Inglés “International Energy Agency”), Economías avanzadas: Australia, Canadá, Chile, Unión Europea, Islandia, Israel, Japón, Corea, México, Noruega, Nueva Zelandia, Suiza, Turquía, y Estados Unidos.
  2. Fuente: Datos de la IEA y de su comunicado de prensa, liberado el 11 de Febrero de 2020. Disponible en https://www.iea.org/articles/global-co2-emissions-in-2019 Visitado el 21 de Febrero de 2020.